Descansa en paz Armando Beltrán


Recuerdo cuando trabajaba en Jalasoft frente a la computadora y apareció Don Armando con los miembres de recursos humanos. Nos regalaron una pomada de vaselina para el partido que íbamos a tener contra ellos. 

Y era todo el tiempo así, broma tras broma. Un fanático del fútbol que hizo que los campeonatos de fútbol en la empresa sean únicos. A pesar de que trabajar en Jalasoft era agotador y estresante, ellos (RH con él a la cabeza) hacían que todo resulte más divertido al crear un excelente ambiente ameno. Recuerdo que uno de sus equipos en Jalasoft se llamaba 33 cm (las damas que pudieron confraternizar con los miembros de ese equipo afirman que el nombre se trata de publicidad engañosa). Siempre riendo, siempre haciendo broma. Cuando estaba serio, estaba maquinando alguna broma nueva.

Es verdad que cuando nos veíamos nos amenazábamos con reventarnos (en los partidos de fútbol). Pero a pesar de la gran rivalidad, sentíamos un profundo respeto el uno por el otro. Te vamos a extrañar don Armando. El mundo no será igual sin ti. Descansa en paz querido amigo. Aunque conociéndote, de seguro vas a organizar partidos en el cielo. Me saludas a Pelé y Maradona. Un abrazo.

Lo veíamos igual que los Oompa Loompas de la película de Charlie y la Fábrica de Chocolates (Peli del 2005).

En Bolivia todos somos morenos. Pero a Armando lo llamaban negro porque era un poquin más moreno.  Se lo comparaba con el negro palma. Muy popular en esas épocas.

Hasta el último momento tenía este auto. Muchos le molestaban conque era un auto del orgullo gay por su color. En esos tiempos se decir maraco, maricón era común. Hoy en día las cosas son diferentes. 
En una ocasión le pusimos orejas de ratón a su auto. Ojos, una nariz y dientecitos.


Eran esos tiempos en que la central de Jalasoft era en la Torre Millenium de la Salamanca y Antezana. 




Incluso tenía cola el autito.


Armando Beltrán hacía bullying a todo el mundo. Pero también le respondían. 

A pesar de nuestra gran rivalidad en fútbol, llegamos a jugar juntos en el equipo de básquet. Estoy acá con mi novia y actual esposa y al otro lado el querido Armando. No puedo creer que te hayas ido.


Esta foto me da un poco de vergüenza, me parece extremadamente racista para esta época. Pero eran otros tiempos. Y Armando no era un santo. Siempre hacía bullying a todo el mundo. Y la gente se vengaba. 


Muy unido a su curso.

Siempre jugando fútbol en diferentes equipos.

Fútbol aquí, fútbol allá. Era gordito, pero jugaba bien. Todo un Chichi Romero.


Un fanático de su cole. Una promo muy unida.


En las fotos de niño parece tranquilo. Es el segundo abajo de izquierda a derecha.

No puedo creer que se fue. Es el tercero de abajo de izquierda a derecha.

Un buen papá

De más joven.

Marcela, Armando, Diego y Hugo. El equipazo de recursos humanos. Faltan algunas personas acá. 

Carmen y Armando. 




Sobre el autor

Daniel Calbimonte es un apasionado en la tecnología. Ha sido programador, project manager, documentador, ingeniero de software, experto en soporte técnico, YouTuber, escritor de artículos técnicos, blogger. Docente de tecnologías Microsoft, Developer de BI, DBA, conferencista. Actualmente da consultorías de software.

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