Siendo productivo en el aplazamiento de tareas


Foto cortesía de Danilo Rizzuti
Foto cortesía de Danilo Rizzuti

¿Quién no ha aplazado tareas al menos una vez en su vida? Es una conducta más común de lo que pensamos, aunque tiende a convertirse en un problema serio si dejamos que nos afecte en la gran mayoría de nuestras acciones diarias. No voy a comentar sobre los trasfondos psicológicos ni sobre los efectos de este tipo de comportamiento, pero sí voy a hablar de cómo podemos sacar provecho de él.

Sí, así mismo. Se puede ser productivo hasta aplazando. En una idealización, lograríamos todo lo que nos proponemos en el mismo momento. Pero en el mundo real, difícilmente esto ocurre así. Muchas veces se nos ocurre alguna idea o proyecto que lo dejamos “para luego”, y no lo llevamos a cabo. Pero aun aplazando tareas, es posible llevar a cabo nuestras metas. Lo único necesario es tener cierto control y seguir ciertas reglas.

Lo primero y principal: si vas a aplazar algo, ¡disfrútalo! De nada sirve fijarle fecha a un proyecto o tarea si durante ese tiempo vamos a sentir culpa. La idea es que cuando lleguen esos momentos de “trabajar bajo presión”, al menos podamos decir que valió la pena por los recuerdos y experiencias de las otras cosas que hicimos antes. Puedes crear un plan de cómo vas a lograr realizar lo que te propones, si eso te tranquiliza más y te da la paz mental para disfrutar el aplazamiento. Y aprovecha ese tiempo en otras cosas que pueden ser productivas por sí mismas: ordenar tu casa, contactar a viejas amistades, practicar un nuevo hobby o simplemente retomar algún proyecto que hayas dado por olvidado antes. Recuerda que nuestro tiempo en la Tierra es limitado, de nada sirve estar arrepentidos por lo que hicimos o dejamos de hacer.


Por supuesto que no podemos olvidarnos de la meta principal que nos trazamos. Realizar un oportuno sistema de recordatorios es necesario. Podemos usar muchos sistemas, como notas en nuestro escritorio, entradas en la agenda de nuestros celulares, alarmas, etc. La idea es programar los recordatorios de manera escalonada y con cierta antelación a la fecha tope (si nuestra meta posee una). De esta manera, se nos hará más difícil ignorarlos por completo.


Y por último, no cometas el mismo error dos veces. Una vez que empieces tu actividad, no la abandones hasta terminarla por completo. Traza tus metas y/o aspiraciones de antemano y no descanses hasta alcanzarlas. Rodéate de cosas que te inspiren y te mantengan activo. En mi caso, me apoyo en la música como compañera para hacer una innumerable cantidad de actividades. Finalmente, siéntete orgulloso de tu trabajo. Si no te sientes orgulloso, no vale la pena haberse esforzado para terminarlo.


Y si así fuera, entonces quizá el aplazamiento de dicha tarea haya sido una buena decisión que tomaste inconscientemente antes de siquiera emprenderla.

Comentarios

Entradas populares de este blog

The Deep Sea: una web interactiva para explorar las profundidades el mar y descubrir las extrañas criaturas que viven en él

Detectar el usuario de Windows utilizando C#

Lo nuevo de SQL Server 2008 respecto a SQL Server 2005