Sacar el máximo provecho al sueño


Autor:  Leonardo De Oliveira 
Foto cortesía de Stuart Miles
Foto cortesía de Stuart Miles
Estamos cansados de escuchar que el dormir nos hace bien. El dormir pareciera ser algo perfecto, sin consecuencias negativas: es la manera más rápida de pasar el tiempo, es gratis, se puede hacer prácticamente en cualquier lado, ayuda al cuerpo a recuperarse y además quema calorías. Pero como todo en la vida, nada es 100% beneficioso: ya sabemos que el dormir pocas horas tiene un impacto negativo sobre nuestro cuerpo, pero dormir en exceso también es perjudicial, y no solamente a un nivel físico, sino también nos priva de tiempo libre que podría ser usado para actividades más productivas.

Pero ahí nos llega la duda: ¿Qué significa dormir en exceso? Seguramente, tenemos la cifra “casi estándar” en nuestra mente: 8 horas diarias de sueño. Es un número que hemos escuchado desde que somos pequeños, el cual seguramente fue repetido innúmeras veces por nuestros padres. La verdad es que las horas “ideales” de sueño varían dependiendo de diversos factores, entre los cuales tenemos la edad, nivel de stress, salud, etc.
De hecho, para la gran mayoría de los adultos, 7 horas de sueño son suficientes. Hay estudios que demuestran que el dormir 8 o más horas diarias, aumentan la mortalidad aún mas que durmiendo pocas horas.

En resumen, dormir en exceso o no dormir lo suficiente, te privan de la energía necesaria para ser productivo diariamente, así como te inducen un estado de letargo mental que afecta tu vida.
Vamos a los números: el día cuenta con 24 horas. La mayoría de nosotros trabajamos 8 horas diarias. Si dormimos 9 horas, solamente nos restan 7 horas. Esa cantidad se ve reducida por el tiempo que nos toma hacer actividades como ir y volver del trabajo, comidas, etc. O sea, que realmente contamos con un puñado de horas libres diarias. Cada hora que duermes de más, es una hora que estás desperdiciando en tu vida.

Pues entonces, nos vemos en la necesidad de optimizar el tiempo de sueño. Esto no es complicado de lograr si somos dedicados y constantes. Empezamos el primer día de la rutina durmiendo 8 horas y media de sueño. Ni un minuto más, ni uno menos. Durante el día, vamos tomando nota de cómo es nuestro estado anímico durante diversas horas. Es importante tratar de mantener nuestra rutina diaria sin grandes alteraciones, a fin de no generar más variables.

Repetimos este proceso por unos 5 días. A partir de ahí, disminuimos en media hora nuestro tiempo de sueño. Nuevamente seguimos tomando nota de cómo nos sentimos a través de la semana. Seguimos así hasta llegar a las 7 horas de sueño. Al hacer esto, comparamos nuestras notas. Si entendemos que con 7 horas de sueño nuestro estado anímico es el mismo que con 8 horas, eso se traduce en 1 hora de sueño que podemos ahorrar diariamente, que al final del mes se convierten en 30 horas extra en las cuales puedes ser productivo. Puedes intentarlo también en variaciones de 15 min. La idea es hallar el tiempo de sueño óptimo para tu organismo.
Dormir puede ser muy tentador… ¡pero no desperdiciemos nuestras vidas en una cama!

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